Sobre las bodas
Si la forma de relatar las bodas ha cambiado es, en gran parte, gracias a que las parejas han entendido que en su día son ellos los que mandan. Me gustan las parejas auténticas, con personalidad para decidir lo que quieren y lo que no quieren en su día. Me gustan los novios que no siguen ningún protocolo por simple tradición. Me gustan las parejas que se alejan del patrón bodas y que se ilusionan por nuevos escenarios y nuevas formas de celebrar su enlace. Me gustan las bodas en entornos rurales y rodeadas de naturaleza. Me gustan las bodas al aire libre. Y sobre todo, me gustan las parejas que tienen claro que lo más importante en este día es disfrutar con los suyos.
Da igual si llueve, si el viento ha deshecho un poco el peinado, si las lágrimas han emborronado el maquillaje, si el vestido se ha ensuciado, o roto. Da igual, de verdad. Lo importante es disfrutar. Jamás me cansaré de repetirlo.
Es un día en el que se presentan comprimidas miles de emociones con las que hay que fluir de forma natural. Por muy bien organizada que esté una boda, nada garantiza que las cosas salgan como se han planeado. Puedo asegurar que después de más de 200 bodas he visto cómo siempre hay que dejar un espacio a la improvisación. En mi opinión, es lo que hace auténtico el día.
Me resulta interesante la idea de que muchos novios ya no den tanta importancia a la “sesión de fotos de pareja”. Es más, muchos de ellos me han pedido expresamente, que omita ese momento y me centre en el ambiente y en el resto de invitados.
Es lógica esta postura porque este momento siempre ha sido un poco delicado. Normalmente las parejas no están acostumbradas a posar y, desde mi punto de vista, desvirtúa la idea de la narración natural de la boda. Aún así, me gusta robar 30 minutos para hacer unos retratos sin darle importancia al lugar. Se pueden hacer estas fotos en cualquier sitio, incluso en el menos sospechado. Desaconsejo la idea de dar muchas vueltas el mismo día en busca de “paisajes clásicos”. Busco retratos, miradas, sensaciones, energías entre las parejas. No busco paisajes. Busco una buena luz, un fondo interesante y una actitud de la pareja. Esto último es el secreto del éxito en los reportajes de bodas. Me gusta sentir a los novios relajados y felices. Es lo que recogerá mi cámara y se reflejarán en las fotos.
MI ESTILO, contar una historia de la forma más bonita.
La mejor manera de definir mi estilo es mostrar mi trabajo. Y así lo hago encantado. Si aún así me preguntaran sobre mi estilo diría que me inspira la naturalidad, espontaneidad y sencillez del fotoperiodismo. Me gusta la narrativa de la fotografía editorial y reflejar la realidad como lo hace la fotografía documental. Además me interesa mucho los resultados del fine art. En todos mis reportajes creo que hay un poco de todo ésto.
MI MANERA DE TRABAJAR
He mencionado la importancia de la actitud de los novios el día de la boda porque es lo que la cámara va a reflejar. ¿Y qué hay de la mía?
Voy recopilando información de cada pareja desde el principio; el primer mail, la respuesta, la primera llamada, las llamadas previas a la boda…etc. Me gusta informarme sobre sus vida, sobre cómo se conocieron…etc. Son datos muy importantes para mí. Cuando llega el gran día me gusta presentarme a las personas más cercanas y buscar su complicidad.
Una vez iniciado el día me pierdo entre la gente para recoger mejor la historia principal y las paralelas. Mi actitud siempre es de búsqueda constante; momentos, planos, luces, gestos, miradas, fondos, composiciones, texturas, emociones… Me dejo llevar por los acontecimientos y fluyo con ellos.
Siempre voy solo a las bodas, salvo excepciones. Es una decisión que tomé hace años por varios motivos. El primero porque me puedo acercar más y mejor a las personas, a los momentos, siento más las emociones, y las parejas se muestran más tranquilas y receptivas conmigo. En segundo lugar porque si mi intención es pasar desapercibido, solo lo consigo mejor. Menos gente por el medio, menos ruido y menos personas ajenas a la boda interfiriendo en los planos. Y el tercer motivo, por presupuesto. Es una regla muy sencilla, si llevara a otro fotógrafo con mis mismas características, y no hablo del amigo o primo que está aprendiendo y va a hacer bulto, sino de otro fotógrafo como yo, capaz de resolver individualmente una boda con éxito, el presupuesto sería exactamente el doble.
Mi base está a caballo entre Donostia, San Sebastián y Cantabria, Santander. Por supuesto, me desplazo allí donde haya una bonita historia por contar.
AGRADECIMIENTOS
Mis más sinceros agradecimientos a todas las parejas que me habéis abierto las puertas de par en par. Me habéis hecho sentir como uno más de la familia, como un hijo, como un hermano, como un amigo. Me he emocionado (y mucho) con vuestros discursos, me he reído con muchas situaciones y he sentido abrazos sinceros. Por todo esto, ¡gracias!
