UNA GRAN FIESTA DESDE HAMBURGO
Una boda con muy buena energía y muchísimo ambiente
Aunque Hodei nació y creció en San Sebastián, Donostia, fue en Hamburgo, Alemania, donde comenzó esta maravillosa historia entre Alina y Hodei. Quisieron celebrar su día en esta ciudad, en parte imaginando un tiempo más agradable. Creo que fue una de las bodas más lluviosas que he narrado en mi vida. Lo que más me gustó fue que nadie perdió la sonrisa en ningún momento. Ni los novios, ni los familiares ni amigo, nadie. A lo mejor es que estaban acostumbrados a un clima así. Y como siempre digo, las bodas con lluvia tienen un encanto especial. Lo sé, también son un poco más incómodas pero se dan situaciones extraordinariamente interesantes para recoger con mi cámara.
Y así comenzó el día. A primera hora de la tarde aún no llovía, pero estábamos preparados para el gran chaparrón. Comencé con los preparativos de Hodei, barbería, peluquería y como venía siendo habtual se mostró cercano. Acto seguido me dirigía la por Lina a la peluquería Belle + Nui para recoger los momentos previos junto a su familia y amigas. Una vez más el quipo de Belle + Nui me acogió perfectamente. Gracias. Allí la madre de Alina se emocionó al ver a la novia con el velo, bonito momento.
Una vez preparada, pusimos rumbo al Hotel Londres a vestirse con la ayuda de una amiga. Momento tranquilo, sin mucho lío de gente en un mismo sitio. Por la ventana de la habitación divisábamos los nubarrones que se acercaban irremediablemente. Alina se resignó y lo aceptó con deportividad. Nada robaría su sonrisa este día.
Llegué a la zona del Ayuntamiento y vi a todos los invitados, incluido a Hodei, refugiados bajo unos soportales. Había empezado a caer con ganas. Durante ese momento pude robar alguna foto interesante. Pero los mejores momentos se producían a la llegada del Ayuntamiento bajo una intensa lluvia. El novio y el hermano de Alina aguardaban la llegada de la novia. A su vez, ella, esperaba en el coche una pequeña tregua para salir. Diría que no la hubo pero su hermano la acompañó con un gran paraguas.
A la salida hubo una mezcla entre nubes y sol, no llovía pero lo haría en unos minutos, así que aprovechamos lo que pudimos para hacer algún retrato por la zona. El sol, la lluvia y el viento aparaceían al mismo tiempo. La exposición correcta se convirtió en toda una aventura. Ya se sabe lo que dicen, «un mar en calma nunca hizo experto a un marinero».
Finalmente nos tuvimos que olvidar de seguir haciendo las fotos porque la lluvia era torrencial. Así que última parada; Restaurante Real Golf Club de San Sebastián. Aquí aprovechamos para hacer las últimas fotos del día ya que la luz menguaba ya a estas horas. Muchas gracias a todo el equipo del restaurante por una acogida tan buena. Y tras la cena, el baile. Con muchísimo ambiente y muy buena energía. Mil gracias Hodei y Alina, Alina y Hodei. Sois maravillosos. ¡Os deseo lo mejor!